Abriendo el melón

Ya me desvela la luna con su alarido de soledad. Me vuelve plata y escarcha. Agarrada al firmamento pasa las noches en vela, iluminando las almas que vagan sin consuelo. Y yo, cada vez más  fría  y más  nácar,  me vuelvo luna con ella,  me vuelvo luna y lamento. Inés García  Écija

Cristales de sal nos guardan secretos mezclados con espuma y baños de luna.                                    Inés García Ecija

''Boceto I pintado entre recuerdos...a medio acabar'' Ella nació del brillo crudo de la sal virgen, de esa que sólo puede engendrar la mar. Adquirió su belleza, su enigmática paz capaz de serenar cualquier tempestad. Ella era pureza y realidad. ¿Que porqué tenía miedo a la mar?... Igual que un día le prestó la vida, algún  día  se la debía llevar. A lo lejos se la veía hablándole al viento, susurrando a las caracolas misterios, meciéndose nostálgica entre espuma y sal... Y poco a poco, sin darse cuenta, fueron deshaciéndose sus piernas, serena y suave se volvía ola, se volvía espuma, se volvió mar.                         Inés García Écija

Como el frío bajo una farola alumbrada con luz pálida, inexpresiva, en un velo de noche oscura sin luna. Como el sonido del último palpitar de vida condenado a un eterno desierto. Como retazos de gritos que cubren el eco entre montañas de vacio, sin regreso. Como una lágrima carente de sentimiento. Como un te quiero en tu boca. Como un mordisco de culpa. Como un rugido en silencio. Como mi espejo.                                    Inés García Ecija

Ojos de cristal roto se retuercen de dolor en una agonía infinita de soledad . Una lágrima muere en su mejilla de tierna infancia rota y un grito hueco desgarra el silencio contenido del que quiere y no puede mirar. Luz blanca Blanco velo Y nace mi oscuridad.                                                 Inés García Ecija

Porque no son los fallos sino el olvido el que me aleja de ti. Porque tu frío se apodera tanto de mi que torna gélido el deseo. Porque de nuevo un abrazo rompe el silencio de tu mirada y salpican de vida tus palabras. Porque somos de nuevo. Inés García Écija

Me odias, me rehuyes, me culpas... Pero nuestro amor es eterno, querido... Al final, te mueres por un beso mío.           (La muerte)                                                Inés García Écija

Crece estrepitoso el tiempo abrazando la duda ausente, ahogándola con sus latidos, reprimiendola para siempre.           Inés García Ecija

A veces se cuelan en nuestra mirada pequeños tesoros que sólo brillan para nosotros...sutiles como los versos que vuelan sumergidos entre susurros, gravitando livianos hasta llegar a su destino. Pero asombrosos para los ojos que son capaces de captar las minúsculas cosas de la vida, que nos hacen vivirla,  devorarla y disfrutarla en esos momentos que nos regala, generoso en su hacer, el tiempo.  Hoy se coló en mi instante una sonrisa perdida, y la guardé liada entre hojas de periódicos en mi bolso...esperando las manos adecuadas...                                    Inés García Écija

Llueve... De nuevo la lluvia moja nuestra piel de escamas de hielo. De nuevo nos envuelve, de nuevo nos desnuda y nos devuelve a la vida con pequeños lamentos de gotas tibias que chocan en suelos de sueños perdidos de vidas muertas. Llueve y la gris brisa que anuncia a la luna pasajera derrota las almas de los que vagamos hacia la nada.                                   Inés García Écija Hoy la lluvia a traído un gris áspero al cielo,  gris melancolía.  Y es inevitable fijarse en ese lamento que esconde el gris de las almas que vagan en el cielo, tiñendolo de su tristeza.

Algún día, no muy lejano, esa persona llenará por completo el hueco que tú, por abandono y necedad, vas dejando poco a poco, y cuando ésto suceda, simplemente dejarás de existir porque sólo serás vacío.  Él será verdad cuando tu ya no seas.                                            Inés García Écija

¿Y si un cielo lleno de dudas nos despertara en cada letargo, defendiendo la duda como medio de existencia en un mundo en el que impera lo concebible y lo palpable? Sueños de dudas que nos despiertan la esperanza de lo incierto, abriendo un mar frente a nosotros y mostrándonos un abismo de incertidumbre, un todo es posible.                                              Inés García Écija

Despertar con los ojos empapados en sueños.                      Inés García Écija

En mi vida, pinto retratos del dolor para luego, poder borrarlos... No existe goma que borre tu recuerdo.                         Inés García Écija

Cuando el mundo duerme, yo vivo.                   Inés García Écija

Y hasta los segundos, a veces, pasan más pausados que mi tiempo.                                                       Inés García Écija

Es fácil,¿ recuerdas cómo se hacía?   Nos dimos las manos mientras nuestras miradas se unieron, y nos sumergimos en el miedo en busca de la esperanza que se hundió  entre lágrimas  hacía tanto tiempo. Tú  y yo, como en los viejos tiempos. .. mi todo completo.                 Inés García Écija  Recordando cómo se hacía. ..

Hace tanto, que ni recuerdo tu sabor.    Inés García Écija

El bullicio de la gente que caminó durante años, quedó atrapado para siempre en los adoquines de aquellas aceras muertas, desgastadas, tan sombrías y vacías que a veces si escuchas bien, puedes oír los pasos  y las risa fantasmas de sus antiguos paseantes, restos de almas que la mantienen de alguna manera con vida, para no dejarla caer en el mas decadente de los sentimientos; La estrepitosa soledad de una ciudad mutilada por un pasado letal, que no puede aceptar su realidad.                                                           Inés García Écija

Ya no queda mas tristeza vestida con piel vieja. Se alejó  el cuervo de invierno, ya solo suspiro el recuerdo. Y una sonrisa comienza a emerger, brota despacio, como el amanecer. Y todo brilla con luz blanca. Y tu alma de nuevo abraza a tu ser.               Inés García Écija

Hoy, me olvidé  mi corazón entre tus sábanas. Hoy ando muerta y sólo tú  me puedes dar la vida.                                     Inés García Écija

No enturbies mi caos mental con tu impertinencia. Deja que me silben las palabras en mi mente, que se desordenen, que tomen poder y en un big bang enmascarado exploten para hacerme vibrar. Deja que el silencio me apague y que tras el amanecer, nazcan  pequeñas  y latientes palabras que me susurren de nuevo. Déjeme que huya o huye conmigo.                                      Inés García Écija

Veo soledad en la profundidad de las pupilas despistadas de la gente,  cuando deambula sin alma por las calles, moviéndose silenciosa, despistada y con profunda sumisión, desgarradora de almas. Ya no veo misterio, ya nada conmueve. Disipado entre la multitud, se agolpa el vacío que guía los pasos sin norte que convergen en la arrogancia, en el hambre. Veo tus pupilas y en mi reflejo,ya solo me veo.                            Inés García Écija