El bullicio de la gente que caminó durante años, quedó atrapado para siempre en los adoquines de aquellas aceras muertas, desgastadas, tan sombrías y vacías que a veces si escuchas bien, puedes oír los pasos y las risa fantasmas de sus antiguos paseantes, restos de almas que la mantienen de alguna manera con vida, para no dejarla caer en el mas decadente de los sentimientos; La estrepitosa soledad de una ciudad mutilada por un pasado letal, que no puede aceptar su realidad. Inés García Écija
Ya no queda mas tristeza vestida con piel vieja. Se alejó el cuervo de invierno, ya solo suspiro el recuerdo. Y una sonrisa comienza a emerger, brota despacio, como el amanecer. Y todo brilla con luz blanca. Y tu alma de nuevo abraza a tu ser. Inés García Écija
No enturbies mi caos mental con tu impertinencia. Deja que me silben las palabras en mi mente, que se desordenen, que tomen poder y en un big bang enmascarado exploten para hacerme vibrar. Deja que el silencio me apague y que tras el amanecer, nazcan pequeñas y latientes palabras que me susurren de nuevo. Déjeme que huya o huye conmigo. Inés García Écija
Veo soledad en la profundidad de las pupilas despistadas de la gente, cuando deambula sin alma por las calles, moviéndose silenciosa, despistada y con profunda sumisión, desgarradora de almas. Ya no veo misterio, ya nada conmueve. Disipado entre la multitud, se agolpa el vacío que guía los pasos sin norte que convergen en la arrogancia, en el hambre. Veo tus pupilas y en mi reflejo,ya solo me veo. Inés García Écija