Abriendo el melón

El viento corre porque le falta tiempo Levantando pensamientos como faldas Despertando a las hojas secas del camino Susurrando al oído de los distraídos El viento corre porque tiene prisa...

Y en el latir de la marioneta Vuelan los sueños de un poeta Que arrastra cada día con su letanía El alma quebrada de una agonía Sueña que vuela Con alas lejanas Que el tiempo le espera Que la vida es liviana Sueña el poeta con vida Y a lo lejos la cizalla Con astucia lo vigila Inés García Écija

Que es lujo el pensamiento que abre las puertas al abismo Y las horas que despertamos, al oído del amigo Que los silencios no son nuestro enemigo Y que una quimera como sentido Desnuda las dudas ante lo divino No es profana el alma que pierde y que gana Y a la falta de ética del mundo ruleta Yo con triunfo gano la jugada           Inés García Écija

Dispárame con tu olvido Despójame de lo eterno De lo cálido De lo vivido Y encerrado en tu destierro de pájaros heridos Susurraré al viento lo mucho que te he querido Lo mucho que te anhelo                  Inés García Écija

Veo el otoño madurando tu tiempo Y en silencio la Vigía avisa  ya es el momento Sueñan las gaviotas anidadas en tu pensamiento Y una breve brisa apaga el momento. Vuela y no ceses Aquí nada queda Nada vale Frío dejas Y en tu levedad Suspiran los ojos Que no quieren llorar                    Inés García Écija

Qué quién soy yo... Nada que tu esperas Soy pájaro que a veces nada y no vuela Soy éxodo Soy caos que te altera Un tifón Soy tempestades Fuego que no quema Y en trazas de tiempo bailo Al son de los momentos Y me vuelo y me desvelo Y me hago sueño Soy pasajero que entre la lluvia vuelo Y en cada suspiro En cada latido y en cada mirada Sólo muero                               Inés García Écija

Qué bien me cuida el destino en cada despertar,  cuando noto tu pulso en mi mente vibrar. Cuando el miedo me vigila Y me apaga la oscuridad Cuando me ahoga el tiempo Y no puedo suspirar Y entre algas me despierto Sin poder respirar Te siento Te pienso Y aún sin estar... Qué bien me cuida el destino En cada tempestad.                       Inés García Écija

Sugiero como destino,  si no es mucha impertinencia,  un lugar apacible en el fondo de tu inconsistencia, para acariciar tus sueños sin percibir mi presencia.                       Inés García Écija

Yo sí los veo brillar, como pequeñas notas bailando ligeras, pululando a tu alrededor. Nunca mis deseos alcanzaron tus pensamientos, tu mirada se confunde con carbón y herrumbre. Quizá cuando ya no esté, quizá ese día tú también los veas brillar a tu alrededor, quizá ese día aprendas a mirar como yo siempre lo hice.                                     Inés García Ècija