Abriendo el melón

Alambre de espino en los pensamientos y en la boca mordaza de sentimientos, ojos de sal, manos de espiga...y un corazón blindado toma la huida.                               Inés García Écija

Quizá  esta asfixia que me reduce a suspiro, no es mas que la tortura de un corazón sin vida en un cuerpo que desea resucitar. Quizá aún albergue la esperanza de que algún día volverás.                            Inés García Écija

Tus palabras acarician mi tiempo dejándolo  impávido, congelando el momento.                          Inés García Écija

Suspírame mientras tu corazón vigila La línea que zigzaguea  entre mi risa y tu beso Mirándote con ojos cerrados Soñándote despierto.  Es suspiro que grita al viento Que traiga tu olor de nuevo a mi cuerpo Que me roce  Que se haga eterno Y acariciando la mano extraña Viajan tus dudas a mi pensamiento.                            Inés García Écija

Ahora que estoy levitando entre anárquicos pensamientos.  Ahora que laten los días  como segundos de sufrimiento. Ahora que te siento lejos aunque me roce tu cuerpo. Ahora es cuando más siento Ahora, que ya casi muero.                        Inés García Écija 

Viendo el sonido del amanecer se para el tiempo iluso y cerrando los ojos suspira la brisa, que quiere y no le dejan correr...                                                     Inés García Écija

¿Que qué son las nubes?... Las nubes son suspiros que se escapan de labios desesperados, condensandose en el cielo. Al final caen como lágrimas,que con paciencia hacen germinanar flores de esperanza nueva.                                  Inés García Écija 

Nuestra soberbia  exclaviza al mundo.                               Inés  García  Écija

Queridos amig@s, tengo el placer de informaros que el libro de Abriendo el melón, en el que se podrán leer algunos de mis  poemas, pensamientos y relatos, incluyendo un relato nuevo no publicado anteriormente,  ya está  en proceso de ilustración de la mano de mi buena amiga y gran ilustradora Carmen Garcia Montoya, os iremos informando de la evolución, pero os aseguro que os va a sorprender a tod@s. Un abrazo  y feliz semana.

Me despido sin miedo  Me despojo del resto Digo adios al olvido Que lo llevé tan dentro Y cuando ya nada quede Cuando todo se acabe Caeré en el retorno De tu pensamiento                                      Inés García Écija

Son sueños los ojos del niño  que mira al cielo Son sueños  los dedos que siluetas dibujan al viento Y tus besos... tus besos son sueños que tocan mis sueños en las noches.                                            Inés García Écija

Dejé de recordarte para convertirme en tu recuerdo.                                              Inés García Écija

Duele tanto el pensar en tu yo presente que me evado en el pasado. Recorro lugares saltando junto a ti de la mano, siento tu infancia a mi lado y la abrazo en un silencio ahogado. Recuerdos que evaden y duelen, recuerdos que me envuelven, que te resurgen nuevamente con tu mirada dulce que siempre guardó el dolor de lo escondido. Hoy te busco en mi pasado para encontrarte en el presente perdido, y grito de rabia al futuro que me ha traído consigo sin mi permiso.                                               Inés García Écija

Si todos compartieramos tanto como lo hacemos en las redes sociales el mundo no tendría problemas de pobreza.                                                                                       Inés García Écija

Y me dice mi mente cansada de monotonía; -Me vas a dejar expresar mi malestar alguna vez, déjame al menos escribir lo que llevo dentro...- Y de nuevo la apago y la someto a la voluntad del tiempo y el silencio.                                      Inés García Écija

- Mamá, ¿porqué grita la luna?, ¿es que acaso está asustada?- Preguntó con su inocencia a flor de piel y su alma abierta al mundo. Con esa mirada que sólo se tiene en la infancia de pura curiosidad, sin límites ni contaminada por las miradas ajenas llenas de sucia adultez. - ¿Gritando?... ¿ tú crees?... ummm, yo la veo como siempre- Me quedé por un momento pensativa, y de nuevo prosiguió contrariada. - No mamá. ¿Es que no la ves?... ¡Ya lo sé! está aburrida y por eso grita, está esperando que vaya alguien a jugar con ella y llama a voces para que alguien la escuche... Vamos mamá, tenemos que hacer algo, ¡tenemos que ayudarla!- Sin saber cómo, Paulita estaba decidida a ayudar a la luna. La pequeña no veía ningún obstáculo que le impidiera lograr su propósito. Con paso firme se dirigió a la casa mientras yo seguía sus pasos con la torpeza de la madurez, y la mirada ignorante de la sabiduría que no es capaz de comprender. Con gran contundencia y mirada serena me pidió que le ayudase

Los días se difuminan en mi vida como tu rostro en mi corazón.                                                                                                                            Inés García Écija

Imaginaos por un momento un mundo sin guerras ni armas, sin odio ni venganza. Un mundo estable y armonioso, lleno de vegetación, de animales todo en equilibrio, todo en su justa medida. Imaginaos ese mundo y ahora abrid los ojos, y decidme...¿Qué sobra?                                                                                               Inés García Écija

La sencillez como modelo de vida es el camino directo a la felicidad.                                                 Inés García Écija

Puertas cerradas y encadenadas entre nieblas de insomnio eterno que despiertan la noche y su lamento  que cobijan los latidos de frío seco entre mil hijos del silencio eterno . Noche de sueños apagados  que desatan las miradas  entre suspiros y secretos, del hombre que yace vivo del hombre que nace muerto.                     Inés García Écija

Cuando las buenas noches se convierte en una excusa para poder oirte una última vez antes de dormir...                                                                                             Inés García Écija

Y de repente vienen pinceladas de recuerdos olvidados, matices perdidos que el tiempo se encarga de pulir, y se disipan y olvidan vagando en la memoria ausente, en el recuerdo latente, aletargados, esperando despertar para volver a tener un nuevo segundo de vida, una nueva esperanza de libertad dormida. Hoy te doy las gracias, amiga, por despertar un recuerdo que yacía prisionero. Hoy amigo cautivo, hoy te libero.                                      Inés García Écija

Me alivia saber que seré verso entre tus labios, el día que mi vida se apague en un poema.                                                       Inés García Écija

Cómeme Bébeme Deséame Y cuando reboses de mí Cuando tú seas casi yo Vuélame Suspírame Llórame Pero siempre, siempre suéñame.                                      Inés García Écija

Desde pequeña los veo flotando ligeros, sumamente delicados. Nadie me ha creído nunca así que decidí coleccionarlos. Todas las noches mientras me ilumina el brillo astral, me dirijo al claro del bosque, y bajo la atenta mirada de la curiosa luna, con mucho cuidado los rescato. A veces incluso al posarlos en mi mano los noto temblar asustados. Desde los 10 años, año tras año, día tras día, me sumo en dicha tarea, rescatar los sueños rotos de las personas, que se escapan entre los suspiros de sus labios, y que dañados surcan los aires buscando cobijo.                                             Inés García Écija

Reflexión obligada... Nadie valora el tiempo mejor, que alguien que pocas veces puede disfrutarlo en la intimidad.                                                       Inés García Écija

Comenzamos hablando a tientas entre miradas cómplices, y nuestros tonos se fueron apagando al tiempo que nuestros cuerpos se iban entrelazando, tornándose el aire que nos rozaba tímidamente almizclado. Una, dos, tres copas de vino y perdimos la noción de los besos que sigilosos nos abrazaban el alma, arrancándonos los miedos. Tus palabras comenzaron a estremecer mi piel desnuda y tus dedos dibujaron, curiosos, las lineas imaginarias que se esconden en mis deseos.                                          Inés García Écija

No me apagues todos los sueños, déjame al menos uno encendido. Tengo miedo de dormir a oscuras.                                                                                          Inés García Écija

Los sueños se cumplen si trabajas para darles vida.                                          Inés García Écija

Eres como el viento del norte, pasas rápido y sólo dejas frío.                                        Inés García Écija

Si te gusta leer...Leeme entre líneas.                                       Inés García Écija

Lo que más me cuesta al escribir, es saber que cuando sea leído, se hará pública también mi alma.                                       Inés García Écija

Amordazados sentimientos acompañan al olvido, viaje eterno. Hambre y destierro Bocas mudas, labios secos. Nos encadena la codicia como único Dios verdadero. Manos de espino seco, piden pan al viento. Y la mirada de un niño de ojos muertos Se pierde en la soledad de un mundo hueco.                                     Inés García Écija

A veces, sólo buscamos un alma que nos escuche, que nos abrace y nos disuelva. A veces, no queremos recetas de vida, no queremos consejos, sólo miradas comprensivas. A veces, lo único que buscamos es acallar los gritos de soledad que no nos dejan escuchar al silencio amigo.                                                       Inés García Écija

La gran diferencia entre mi ''yo'', y tu ''yo'' es que en mi yo, siempre estás tú, y en tu yo, sólo estás tú.                                                             Inés García Écija

Cae despacio pero constante.  Poco a poco siento el alivio del agua fresca, que me empapa el vestido que se abraza a mi piel. Cierro los ojos y me dejo llevar. Me abrazo y me estremezco. Me siento viva, me siento libre.                   Es lluvia, es viento.                     En esencia es ser.             Y somos porque sentimos.           Y sentimos para dejar de ser.                                     Inés García Écija

Giro. Giro y río, río y giro. Pero ya no es lo mismo. No vuela mi falda como a los cinco. No vuela por el peso que he añadido,  demasiados miedos, demasiado frío. Pero giro y río, río y giro. Y quizá algún día, salga de nuevo volando  la carga de mi vestido.                                          Inés García Écija

Quizás, algún día, halle una respuesta absoluta. Mientras tanto, seguiré llenando el mundo de dudas.                                                     Inés García Écija

-¿Cuánto amor es capaz de albergar un corazón humano?.- Me pregunté un día cualquiera, y salí a buscar la respuesta. No tuve que cruzar el jardín de casa, sólo con observar la mirada de mis hijos supe la verdad. Un corazón alberga tanto amor cuanto más pequeño es el recipiente en el que habita.                                                 Inés García Écija

Es curioso...sin conocerte ya te sueño.                                        Inés García Écija

El miedo ciega el juicio, como el sol deslumbra al mirar.                               Inés García Écija

Sé que eres tú. Me lo dice mi pulso cuando te acercas...                                            Inés García Écija

- ¿Te acueras?- le dijo la memoria al pensamiento. - Cada día...- Y de nuevo voló.                                           Inés García Écija

No, no estoy enamorada de ti como antes,  no me acarician tus palabras como antes, no me besa tu mirada como antes, ni tu silencio me eriza el alma, no como antes... Ahora ya no es sólo amor, no como antes. Ahora es amor desbordado, enraizado, exultante y desmesurado. Pero también sosegado, embriagador y centrado...  Un amor fortalecido por el tiempo y las derrotas. Un amor que pudo con tempestades, y ahora se declara invencible ante las adversidades. No, no estoy enamorada como antes, estoy enamorada como ahora, como para siempre.                                       Inés García Écija Dedicado a mi amor, a mi fortaleza, al que guarda el silencio para él y lo convierte en eterno susurro de amor para mí.  Te quiero.

Me subestima el tiempo, cuando sigiloso, abre la puerta de atrás, y con riguroso orden, inicia la búsqueda de lo que se quiere llevar. Me subestima el tiempo si cree que no lo veo llegar, si cree que puede robar mi memoria, dejándome llevar. Lejos, muy lejos, entre las mareas del tormentoso ayer, naufragaron mis sentimientos en un mar de dudas que aún hoy duran, y ni el tiempo es capaz de mover.                                         Inés García Écija

El tiempo se pierde...pacifico, sin luchar. En la lejanía lo veo vagamente, despistado y sin rumbo...¿a dónde ira?                                                     Inés García Écija

Hechos de personas Hechos de besos Hechos de sonrisas Hechos de tiempo Hechos de dolor Hechos de viento Hechos de suspiros De todo, de nada Hechos.                                              Inés García Écija

Son tus ojos, opaco duelo desgastado. Es tu rostro, belleza quebrada y llanto. Son tus manos, rotas de esfuerzo. Es tu silencio, grito de ausencia lleno. Lágrimas secas de sal y desierto se retuercen y estremecen En la aridez de tus senos.                                                      Inés García Écija

Nótame cerca. Porque el viento me lleva cada noche a tus sueños. Porque tus sueños viajan cada noche a mi mente.                                                 Inés García Écija

El amor más puro, sólo es para unas cuantas personas privilegiadas, sólo para las elegidas, aquellas que nacen destinadas para ello. A veces es un amor tan puro que resulta hasta arrogante. A veces es un amor tan único en el mundo que el propio destino lo desea, y se enfurece. ..se encela y enloquece.  Tanto deseo de él tiene el destino, que lo arrebata de la única forma que sabe será para siempre, ya que no sólo quita la vida a un amante sino que mata al otro en vida.  El destino es envidioso, no soporta ver que alguien puede llegar a alcanzar algo más poderoso que su propio ser.                                            Inés García Écija

La felicidad es un instante rodeado de desolación.                                           Inés García Écija

No se hacen esfuerzos cuando no se tienen intenciones.                                                                 Inés García Écija

Y yo que a priori parezco viva voy muriendo poco a poco; Con cada suspiro que no te alcanza Con cada palabra que no te roza Con cada mirada que no te besa.                      Inés García Écija

Mi frío es tu ausencia.                                                                         Inés García Écija

Me encadenan las horas que me mantienen perdido en la oscuridad de tu ausencia.                                         Inés García Écija

Ya platea el cielo desnudo; Ya se despiden los cuervos, con su vuelo y su graznido. Se duermen lentos los colores se apagan despacio los ruidos. Los grillos anuncian calima con su desesperado sonido. Noche de ventanas abiertas Noche de sueños furtivos.              Inés García Écija

Las personas no olvidamos, confinamos la memoria.                                      Inés García Écija

No me gustan estos besos que me saben a tristeza, amargos por la despedida que augura la noche fría. No me des besos de esos, dame sino un abrazo, que me sujeten tus ganas Que me alejen así del tiempo. ....Dame mejor un beso lento.                                              Inés García Écija

No existe peor destino que el de una mente encarcelada.                                                 Inés García Écija

Se me perdió el sueño entre los pliegues de mis recuerdos. Se me perdió el sueño recordando besos pasados, recordando veranos furtivos, recordando heridas cerradas. Se me perdió entre recuerdos de sueños errantes, disipados como nubes pasajeras, y entre recuerdos y sueños. ..se me perdió el sueño de esta noche, y no dejo de pensar que lo mismo soñé mi pasado, que sueño mis pensamientos y mi voz que me demanda cordura en medio de la oscuridad de la noche, se pierde entre fría espesura en un mañana que me persigue, de un sueño que se demora.                                    Inés García Écija

Será el momento el que me busque a mí y no al revés. ..                                                  Inés García Écija

Me haces vulnerable a tus latidos.                                Inés García Écija

Dejaré que el tiempo haga conmigo, dejaré que el tiempo me haga, hasta dejar de ser. Que me mime y me martirice, a veces. Que me guíe y me pierda, tal vez. Que me haga a retazos, lentamente. Que me destiña poco a poco la piel. Dejaré que me haga, le dejaré todo Y cuando me deje sola por última vez, Le miraré satisfecha por lo pasado Y me uniré entre recuerdos a su ser.                                        Inés García Ecija

Mientras tú fantaseas yo te imagino.                                    Inés García Écija

Por favor... calienta una vez más mis besos con tus labios, el viento me los volvió a robar, dejándolos desnudos.                                           Inés García Écija

Que incómoda se hace tu presencia cuando sólo encuentro tu vacío.                                           Inés García Écija

Tiembla. Tiembla y entre tinieblas, entierra el hambre, entierra el frío. Se posó tajante la mano muerta sobre las miradas de quienes no entienden. Hoy son algo. Mañana nada.                                      Inés García Écija

Quien busca respuestas, se ahoga en dudas.                                       Inés García Écija

Los recuerdos vagan en el tiempo muerto como letargos de esperanzas presos. Esperando recobrar vida una y otra vez para no ser víctimas del silencioso olvido.                                           Inés García Écija

Cuando te imagino el sonido enmudece, el tiempo se mece y mis latidos se concentran en sentirte.                                                          Inés García Écija

No luches por cambiar tu voluntad para complacer al resto, lucha por que el resto sepa complacer su propia voluntad.                                                    Inés García Écija

Se me olvida el instante, ya sólo recuerdo el mañana.                                     Ines García Écija

Quiero recordar todo lo que nunca llegué a pensar.                                        Inés García Écija

Paseaba sin más, con los pensamientos durmiendo en el vacío, con la soledad como testigo, y me tropecé con cien besos de amor perdidos. No supe que hacer, por un momento dudé por la responsabilidad que acarreaba llevármelos conmigo. Cien besos de amor... cien besos contigo... Aún hoy los tengo guardados, en la alacena de los descuidos. Cada noche, con sumo cuidado, los beso uno por uno, no sea que desafinen cuando aparezca su propietario.                                              Inés García Écija

Yo soy a ti, como las nubes son al viento.                                             Inés García Écija

Pierde el miedo el tiempo obsceno, susurrándome un después, arrebatándome el momento, sujetándome al ayer... Pierde el miedo el tiempo obsceno que me arranca de tu lado, que me roba pensamientos, que me devora la piel. Y sujetandose a mi día sueña con otro ser, sueña con ser mariposa... O ser viento.... O dejar de ser.                                                  Inés García Écija

Vuelan risas como pájaros Vuelan almas con el viento Atrás dejan las montañas Atrás quedó el lamento Aún se escuchan sus ecos De ilusiones y de sueños Retumbando entre paredes De abismos de roca y hielo.

Tus acciones cuentan lo que tus palabras cayan.                                                 Inés García Écija

Crece el tiempo en tu piel... Florecen las horas en tus pensamientos. Un suspiro rompe el silencio y tu mirada desnuda mis versos.                                                         Inés García Écija

Tengo celos del aire que roza tu rostro...que besa tu boca. Te necesito tanto como tú lo necesitas a él para existir.                                                       Inés García Écija

El verdadero amor nace de la cercanía y se nutre de la confianza.                                                    Inés García Écija

1,2,3 panes 1,2,3 1,2,3 niños 1,2,3 1,2,3 bombas 1,2,3 1,2,3 sombras 1 2 3 Mueren de hambre de sed y de frío con miedos, los mismos, los míos. 1,2,3 Vacío.                                                      Inés García Écija

Hoy estoy junto a ti y eso es lo único que importa. Hoy mis temores se apoderan del miedo. Hoy me libero de la duda. Hoy te quiero. Lo que mañana pase, lo que el tiempo nos descubra, será para el después O será para el nunca. Hoy más que ayer, hoy más que nunca me descubro desnuda ante ti Para que me envuelva El silencio de tu amor Sereno y eterno.                                                    Inés García Écija

No importa aquello que encuentre, si el resultado no eres tú, sólo hallo desconsuelo.                                                       Inés García Écija

-¡Sólo es de juguete!- Le decía una y otra vez la pequeña niña de trenzas pelirrojas, vestido de cuadros y zapatos embarrados. Mientras, la miraba sorprendida, e insistiendo le volvía a decir con tono burlón -¿ Es que acaso no lo ves?, es sólo un juguete, ¡no se mueve!- En ese momento el rostro de Carla se inundó por lágrimas de injusticia, permaneciendo inmóvil, inexpresiva, observando lo que sus manos escondían, protegiéndo del frío, de la lluvia torrencial que ahogaba su dolor, que disolvía su alma, y de las palabras afiladas de sus compañeros de la guardería. Todos uno a uno fueron, curiosos, encerrando en un círculo a las dos pequeñas. Aquella situación llamó la atención de la profesora quien tomó la iniciativa y comenzó a poner orden de inmediato, disolviendo el corro. -A ver, peques, ¿ Quién me puede decir lo que está ocurriendo aquí?, ¿qué te sucede Carlita, acaso te has hecho daño? - - ¡Yo... yo lo se profe!, Carla ha cogido el pajarito de cartón de la jaula y ¡no me lo p

Viendo tu sonrisa acariciar mi mente. Sintiendo tu primavera en cada beso que me regalas.                                                       Inés García Écija

    Rescatame de mis lágrimas y de mis errores. Rescatame de mis dudas y de los temores. Hazme vivir un mundo sin mi. Hazme vivir junto a ti, la vida que no viví. Ven, rescatame. Rescatame de mí.                                                    Inés García Écija

A veces, en mi tranquila soledad, acaricio los tibios rayos de luz que atraviesan entrecortados la persiana de mi habitación. Los siento en mi piel e intento modelarlos, dándoles forma de pensamientos...de recuerdos. Me gusta sentir su suave textura aterciopelada, que me acaricia y disuelve mi dolor disipándolo, fundiéndolo con su templado color. A veces cierro los ojos y me fundo con ellos.                                                     Inés García Écija

Esta sensación es frustrante. Siempre estoy sedienta... siempre con ganas de beberte.                                                                                                                 Inés García Écija

Si alguna vez cierro los ojos que sea porque no estás presente, para poder seguir viéndote en las tinieblas de mi subconsciente.                                                    Inés García Écija

Y con una sutil caricia, reconstruyó mi mundo entero...                                                    Inés García Écija

Y en el mañana, cuando ya no estemos, seremos humo de pensamiento muerto, seremos tierra agrietada en el desierto. Y en el mañana, cuando nos hayamos ido recogerán nuestros versos como flores en el camino.                                 Inés García Écija

He guardado en mi bolsillo un puñado de horas lentas, para sacarlas contigo transformándolas en besos.                                                                                          Inés García Écija

Simplemente las vi de casualidad. Nadie se había fijado en ellas. En estos días que corren, las miradas perdidas y los rostros inexpresivos inundan mis mañanas de monotonía y frialdad. Realmente no sé bien el motivo, pero algo hizo que en ese mismo instante me desviase de la carretera y parase el motor del coche. Miré por un momento a mi alrededor, algo desconcertada observé mi situación. Por un lado algunos coches que pintaban de luces rojas la carretera, despidiéndose de mí. Por el otro, allí seguían sin detenerse, ajenas al tiempo, ajenas al mundo,una bandada de hermosas hojas revoloteando una y otra vez al son que les marcaba juguetón, el viento. Sin pensármelo, me desabroché el cinturón, sorprendentemente emocionada, y salí del coche con una sonrisa marcada en mi rostro que recordaba aquellas sonrisas limpias e inocentes de la infancia. Cerré mis ojos para percibir con el resto de sentidos aquel momento, para no perderme ni un solo detalle, y me hice viento silbando libr

El suelo como escenario. El cielo como evasión.                                                         Inés García Écija

 Eres como el aire,  imperceptible para el ojo,  hasta que te vuelves viento.                                                             Inés García Écija

Esperpenticos esqueletos ramificados, momificados por el tiempo cruel, que nada hace que todo ve, surgen en un horizonte aseptico, en un paisaje modelado por la devastación. Ramas muertos que en un tiempo atrás llenaban de vida las boscosas y fértiles tierras que nos marcaban una guía, un camino alternativo, el que no cogimos. Ahora el destierro y la inmundicia nos es devuelto a cambio de una antigua codicia que nos persigue espectral como la marca que nos definió. La marca del mal.                                                                                                               Inés García Écija

A veces te echo de menos, soledad vacía. En esos días llenos de frías caricias. En mis lágrimas ocultas por una sonrisa. En el tiempo que se escapa, que ya no me guía. A veces te echo de menos, soledad mía Cuando al respirar no escucho mi propia vida. Cuando no miro al cielo, cuando no me ilumina, y pierdo el silencio y no encuentro el día  que me quede a oscuras Con mi soledad vacía.                                                      Inés García Écija

Te confío mi aire te confío mi tiempo. Siembra amapolas en mis pensamientos. Que aniden tus besos Entre mis deseos Que se enreden en mis labios. Que se hagan eternos.                                                 Inés García Écija

No es más sabio el que más sabe, sino el que mejor entiende                                                         Inés García Écija

Y el aire renegó de mis pulmones aludiendo que ya había desperdiciado demasiado en vano, que aunque mi corazón latía compasivamente, mi cuerpo hacía años que había muerto. Era el momento de afrontar la realidad, era el momento de comenzar a morir de verdad.                                                                                                             Inés García Écija

Echo de menos aquellas tardes fraguadas por felicidad. La eternidad de las horas, viéndolas pasar tan despacio que a veces se interrumpían los segundos mirándome jugar. Echo de menos mis tardes en la plaza observando enfiladas las diminutas hormigas y admirando su empeño y fortaleza, o trepando silenciosa a mi ''árbol de pensar''.Echo de menos mis tardes solitarias de reflexiones entre fresca hierba y espumosas nubes. Echo de menos las conversaciones de aquellos incansables trotamundos de rostros dolidos y corazones arrasados, que entre trago y calada acariciaban la brisa a su pasar. Te echo de menos, sí pequeña y tímida niña, pero nunca volvería atrás, pues el dolor que llevabas a cuestas aún me duele al andar.                                                Inés García Écija

Ahora solo deseo dormir, con las estrellas, con tu luna, que luce despierta en mis pensamientos. Ahora solo deseo dormir. Solo contigo.                                                         Inés García Écija

Es fácil encontrar la felicidad. Sólo tienes que dejar de buscarla.                                                         Inés García Écija

Una persona sabe si está enamorada cuando no se lo cuestiona.                                                  Inés García Écija

La soledad es un animal salvaje. Si lo domas, convivirás con ella dulcemente, haciendote compañía el silencio. Pero si por el contrario, no eres capaz de domarla, te morderá arrancandote toda esperanza, deborándote poco a poco hasta acabar contigo.                                                        Inés García Écija

Y qué es vivir si no morir de amor entre tus brazos.                                                                Inés García Écija

Los besos se inventaron para poder besarte. Los versos se inventaron para crearte.                                                            Inés García Écija

Echando un pulso a la vida, ésta me enseñó al ganarme una lección infinita en sabiduría, sólo pierdes si te rindes.                                                             Inés García Écija

¿Alguna vez te has enamorado de un sueño?. ..Esta noche te buscaré entre los míos.                                                                                                                        Inés García Écija

No importa el tiempo que me mires, si no me sientes, nunca me vas a ver.                                                      Inés García Écija

Tengo miedo de perderte por no haber sabido encontrarte.                                                                                              Inés García Écija

Vértigo entre mis sábanas al no encontrar tus caricias y hallar envueltas en lágrimas desorientadas despedidas                                                       Inés García Écija

Odio esa mirada de humo negro que te aísla del mundo que te pierde en el tiempo que no me deja ver dentro que te mantiene en silencio, encerrado entre tinieblas de olvidos y sueños. Odio esa mirada tuya que quiero y no encuentro que busco entre almohadas de arena de desierto. Te odio, te odio, pero tanto te quiero que entrelazo tu humo A mi corazón muerto.                                                           Inés García Écija

No soy capaz de hacerme de una sola vez, por eso nos hacemos un poco cada día.                                                                                                                      Inés García Écija

Llámame como quieras,  pero llámame. Mírame como quieras, pero mírame. Quiéreme como quieras, pero quiéreme. Y cuando el tiempo desaparezca  de nuestras mentes. Cuando ya no nos acariciemos. Cuando no encuentre tu sonrisa  en mi reflejo. Mátame como quieras, Pero mátame.                                                                        Inés García Écija

Soy susurro, soy viento. Me mezo si tú me cantas, me mezo si suspiras y si me inhalas, me mezo. Soy viento si tú me cantas Si me imaginas, soy viento. Y muevo tus alas, y te refresco. Y muevo tu pelo, de briznas de heno. Y si me cantas, Si me cantas, soy viento. Y acurrucado en tu sonrisa, me mezo.                                                  Inés García Écija

Que este sueño que me invade y me recorre el cuerpo entero, que me acaricia por dentro, y llena de hormigas mis dedos. Que este sueño que siento, no me abandone a mi suerte. Que encuentre camino, que me guíe, y me descubra abierta mi mente. Que vuele por mis pensamientos, que recolecte los más bellos. Que guarde a postillo mis miedos, para que no me inunden de negro. Que sea profundo. Que sea claro. Que vea tras el los sueños hermanos. Y cuando ya me deje, cuando se quiera ir, que cierre las compuertas, Y que se aleje un nuevo día sin mí.                                                                                   Inés García Écija