Echo de menos

Echo de menos aquellas tardes fraguadas por felicidad. La eternidad de las horas, viéndolas pasar tan despacio que a veces se interrumpían los segundos mirándome jugar.
Echo de menos mis tardes en la plaza observando enfiladas las diminutas hormigas y admirando su empeño y fortaleza, o trepando silenciosa a mi ''árbol de pensar''.Echo de menos mis tardes solitarias de reflexiones entre fresca hierba y espumosas nubes.
Echo de menos las conversaciones de aquellos incansables trotamundos de rostros dolidos y corazones arrasados, que entre trago y calada acariciaban la brisa a su pasar.
Te echo de menos, sí pequeña y tímida niña, pero nunca volvería atrás, pues el dolor que llevabas a cuestas aún me duele al andar.
                                               Inés García Écija

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