Hambre

Amordazados sentimientos acompañan al olvido, viaje eterno.
Hambre y destierro
Bocas mudas, labios secos.
Nos encadena la codicia
como único Dios verdadero.
Manos de espino seco, piden pan al viento.
Y la mirada de un niño de ojos muertos
Se pierde en la soledad de un mundo hueco.

                                    Inés García Écija

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