CIEN BESOS DE AMOR



Paseaba sin más, con los pensamientos durmiendo en el vacío, con la soledad como testigo, y me tropecé con cien besos de amor perdidos.
No supe que hacer, por un momento dudé por la responsabilidad que acarreaba llevármelos conmigo. Cien besos de amor... cien besos contigo...
Aún hoy los tengo guardados, en la alacena de los descuidos. Cada noche, con sumo cuidado, los beso uno por uno, no sea que desafinen cuando aparezca su propietario.

                                             Inés García Écija

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