Abriendo el melón

Pintas de mar tus pensamientos que viajan como olas, espumando mi desierto. Azul rizado Azul secreto Ésta noche se viste de sal y de recuerdo.                              Inés García Écija

  Será porque jugamos tanto de pequeñas juntas, que decidió confiarme su amistad, mientras me acostumbraba a su silencio.  Ahora la soledad y yo disfrutamos nuestro tiempo juntas.                      Inés García  Écija

Entre raíces volátiles y tierra roja, de esa que no se quita de los pantalones, de esa que no se olvida, me crié yo. Observaba en silencio la hilera de hormigas negras que desfilaban ante mí, regalándome su tiempo, y aguijadas avispas y abejas susurrándome al oído, convenciéndome  de su bondad,  permitiéndome ser una más.  Sentía paz entre las ramas del viejo olivo, en soledad(no siempre elegida), observando desde mi lejanía, desde mi infinita ausencia fingida, cómo funcionaba la vida, sin formar parte completa de ella. Soñaba; cuando lograba deshacerme del peso que sentía en mi pecho y que me ahogaba, cuando por fin renegaba mi consciencia del momento, soñaba que flotaba. Que poco a poco me elevaba  y era ligera, y pluma y viento, y era libertad lejana. Niña sincera. Niña adulta. Niña que no da ruido. Niña lista y niña tonta. Niña que no se mete en líos . Niña solitaria. Niña  acosada. Niña amada y odiada. Niña que no sabía quién debía ser.  Niña que siempre siente frío. 

Eres como la niebla que lo cubre todo, No hay nada más en ese momento que tu borrosa presencia, y  aunque todo lo rodeas nada llenas... Eres como la niebla que entorpece el camino creyéndote el todo y terminando en la nada.  Eres niebla y por eso tu momento más que eterno como te sientes, es fugaz y te disipas,  y nunca más vuelves a estar en mi pensamiento.  Eres niebla que todo cubre y nada llena.. Niebla.                        Inés García Écija

Y el aire renegó de mis pulmones, ya se había desperdiciado demadiado en vano, y aunque mi corazón latía compasivamente, mi cuerpo hacía años que había muerto. Era el momento de afrontar la realidad, era el momento de comenzar a morir de verdad.                                                       Inés García Écija

Seré lo que mi mente me deje ser, seré ahora  y si no puedo ser, que al menos sea, antes de sucumbir.                           Inés García Écija

Y con una sutil caricia, reconstruyó mi mundo entero.                                                    Inés García Écija

Las palabras se las lleva el viento  Porque son livianas  Como el pensamiento. Porque no permiten que le añadas peso, Que las lastimes,  Que las encarceles o sometas a tus miedos. Las palabras no toleran lastres, Son efímeras  Porque nacieron para ser libres Para vivir alejadas en olvido Para ser recuerdo                                        Inés García  Ecija

Cuando sólo oyes la indiferencia y sientes sólo el vacío Cuándo dejas de ver personas Cuando sangran las grietas que emanan de lo profundo Y un grito se escapa entre los escombros de pensamientos perdidos  Cuando las lagrimas son online Y se desfigura el rostro por miles de cables conectados en Red Cuando ya no hay Es el momento de apagar y salir Es el momento de mirar. Inés García Ecija

Hasta que el final me enseñó que no fue tu falta sino mi error.          Inés García  Écija

Donde el hombre esconde y pierde Allá donde nadie conoce Donde la selva del tiempo se disipa en olvido o recuerdo Bajo tu pupila de sueño  Sólo él puede encontrarte Sólo él vuelve  Sólo el cuervo encuentra lo que tu más temes Inés García Écija

Sujetame de la mano porque no soy capaz de encontrarme, Entre tanto miedo... Entre tanto odio... Sujetame, y camina despacio porque hay minas que detonan palabras y te matan despacio, que no te olvidan,  ni te perdonan. Aún cuando te suelte, sujetame fuerte  porque soy fruto de mis dudas  y caigo en oscuros callejones de pensamientos heridos, de recuerdos dolorosos. Acuérdate, de no soltarme  porque aunque reniege de ti el propio tiempo,  aunque sucumbas en la niebla del olvido,  en mi mente, si me sueltas, Me perderé en el vacío,  me olvidaré para siempre.                                  Inés García Écija