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Mostrando entradas de 2017

Siempre a retazo, siempre incompleta

Seré  para ti, la versión que quieras ver de mí.                                                Inés García Écija

Distancia

A veces tus dedos son tan distantes cuando recorren mi piel, que los siento como gotas de lluvia frías de otoño, cayendo lentamente y resbalando ligeras, para así, no contagiarse de mi soledad.                                              Inés García Écija

Pensamiento 128

Sólo sentimos necesidades cuando conocemos la existencia de lo necesitado.                                                Inés García Écija

Vértigo

Yo llevaba tiempo  sentada en el sofá, volando. Tú, a mi lado, sólo sentías el vértigo. Inés García  Écija
Sigue soñando en las nubes, sigue volando lejos, que tu recuerdo retumbe en mi mente,  que mi añoranza se agarre en mi alma  para siempre.                           Inés García  Ecija

Barro

Y como cada día,  ella andaba sigilosa y de puntillas por la vida, sin percatarse de que el camino era barro y su huella permanecería sólida toda la eternidad. Inés García Ecija

Preámbulo antes de soñar

Me mezclo entre lápices y tinta soñando palabras que suelen perderse entre mis pupilas y tu pensamiento. Ya vuelve de nuevo el tiempo a recordarme los pasos que no vuelven. Y me deshago sin haber sido Y me desdigo sin haber hecho Y por más que hago y digo no sigo, y me pierdo siempre en los medios sin llegar a los finales. Camino por el tiempo torpemente, por el vértigo que supone no conocer el camino, antes de dar un paso de cristal. Inés García Ecija

CANTOS DE VIENTO

Te oigo murmurar tu constante letanía al tiempo, y hasta ahora tus susurros parecían mas cantos de viento que palabras con pensamiento. Torna en lluvia un sol ligero, y al abrigo del silencio  se hacen, ahora sí, tus susurros pensamiento... Y cantan igual que hace algún tiempo,  pero en este momento,  y con mi corazón abierto,  por fin los entiendo.                                              Inés García Ecija

Felicidad

La felicidad es como el viento, no se puede atrapar, pero se percibe. Va viajando para que todos la puedan notar. No tiene dueño. Ella es libre de elegir a quién tocar o abandonar.                               Inés García  Écija

BUEN TRABAJO

BUEN TRABAJO  -Supongo que no te importará  que me acomode- Dijo mientras se tumbada en un  diván, algo destartalado,  situado en un extremo de la habitación, iluminada tenuemente por una pequeña bombilla que colgaba desnuda del techo. -He de decir- continuó con su monólogo, desabrochándose con dificultad el primer botón  de la camisa, el cuál oprimía visiblemente su cuello. -que no suelo hablar mucho de mi vida privada, quizá  sea la primera  vez que lo haga con un desconocido,  pero a veces, sienta bien soltarlo, sabes?. Odio mi  trabajo. Sí lo odio. Todos los putos días  me levanto de la cama pensando, hoy va a ser el día, hoy lo voy a dejar. No se...- prosiguió incorporándose  lentamente- quizá encuentre un curro tranquilo en el barrio, o quizá  me pierda en una isla...no lo sé,  lo que está claro es que mi vida se va a la mierda y tengo que hacer algo. En ese instante sacó  su nueve milímetros, y clavando su mirada sobre un cuerpo maniatado y con fuertes signos de violenc

Las palabras se las lleva el viento

Las palabras se las lleva el viento Por que son livianas Como el pensamiento. Por que no permiten que le añadas peso, Que las lastimes, Que las encarceles o sometas a tus miedos. Las palabras no toleran lastres, Son efímeras Por que nacieron para ser libres Para vivir alejadas en olvido Para ser recuerdo                                       Inés García  Ecija Para mi Cristina De La Guardia

Muerte de un pensamiento

Y cuando el tiempo se aleje Se detengan los sentidos Y dejen de palpitar los sueños. Una mirada acariciará tu recuerdo y como en nubes de terciopelo Te guiará muy lejos Allá donde muere el olvido Allá donde muere el eco Para encontrar en el vacío Las sombras de tu pensamiento                                    Inés García Ecija

Reencuentro

De nada sirve que intentes alejarte de mi De nada porque tu distancia es mi camino De nada porque tu olvido es mi motivo De nada porque tu suspiro ronda al mío, y en un descuido, se encuentran tus ganas con mi recuerdo... Y de nada te ha servido todo este tiempo vacío                                   Inés García Ecija

Pensamiento 127

Igual que ver sin mirar u oír sin escuchar, es estar sin sentir.                                  Inés García Ecija

Recuerdos de sal

Solo buscaba escamas de sal entre suspiros de viento, para tejerlas a recuerdos de adobe y silencio, De calma de terciopelo De pausa y consuelo Solo buscaba escamas de sal para devolverle a su mar A su recuerdo A su infancia de pelo crespo De pies descalzos y caracolas Y volverse a su santuario Porque uno tiene derecho, se decía entre murmullo, a volverse vida de nuevo.                               Inés  García  Ecija

Tu mundo es un segundo del mío

Tu mundo es un segundo del mío Se filtra y se pierde Se hace tenue Se disipa Cómo tu nombre en mi pensamiento Prescindes de lo importante y careces de empatia Qué buscas de mí Arena y humo Escamas de sal que multiplicas como la Eucaristía Te consumes en egoísmo y avaricia Al final tu vacío te derrota Naces muerto en sentimientos Naces muerto y sin embargo Sin embargo  creas vida                                               Inés García  Ecija

Anudados

Y la furia se desencadenó como la de un titan en esdado puro, los ojos le relampaguearon, y se hicieron unos segundos de silencio, lo miró, sus pupilas se expandieron hasta perder casi por completo su profundo color jade, él la cogió sin pestañear, era ahora o nunca, la apretó contra su pecho y la furia dejó paso al desenfreno y la lujúria en un beso tan eterno que los anudó para siempre.                                   Inés García  Ecija

Conversaciones con mi hija Carla(7 años y medio)

Te voy a explicar, mi querida Carla, que ser distinto y original es maravilloso aunque tus compañeros se burlen de ti. Imaginate una hermosa oveja lanuda blanca -está bien, mamá- Imagina sus preciosos ojitos, su suave y esponjosa melena... la tienes? -Sí,  es muy bonita- Está bien, observala muy bien, y fijate en todos sus detalles. Ahora vamos a ponerle nombre, ¿cómo quieres que se llame?-Emmm... Oliva!- Jajajaja ! Me encanta su nombre, muy bien! . Ahora vomos a colocar a la oveja Oliva, con el resto de sus compañeras, en su rebaño. Quiero que observes despacio, ¿Puedes diferenciar a Oliva del resto de sus compañeras?- Pues... No, son todas iguales. Muy bien!, Ahora te voy a presentar a una nueva oveja, ésta tampoco tiene nombre, es igual de lanuda que Oliva pero de color negro, ¿te la puedes imaginar?-Sí! La estoy acariciando, mamá.  Genial!, eres muy buena creando imágenes en tu cabecita, Carla! Ahora fijate muy bien en ella, al igual que hiciste con oliva, y vamos a

EL CREADOR DE SUEÑOS

                                             De camino al trabajo todo son rostros grises y miradas vacías. Las calles mojadas por las constantes lluvias otoñales provocan una especial irritabilidad en los viandantes, que malhumorados como el tiempo, caminan a marchas forzadas entre salpicaduras y malos modos. La mayoría de las personas no se distinguen unas de otras, produciendo una sensación de masa aletargada y decadente que es arrastrada sin fuerza, dejándose llevar por la inercia del paso del tiempo. Quizá, y sin saberlo, yo misma soy arrastrada, mezclándome como una más entre ellos, dejándome llevar como autómata sin voluntad, pero prefiero creerme diferente a pesar de que seguir ese rastro de cadenas sea lo más sencillo a veces. Como de costumbre me dirigía hacia la pequeña cafetería que estaba situada frente a una pequeña plaza a mitad de camino entre mi casa y el trabajo, por lo que era habitual encontrarme allí cada mañana. Este precioso negocio estaba regentado

El corazón de Noa

Es fácil para cualquier niño, mostrar sus sensaciones y sentimientos, ante cualquier tipo de situaciones, incluso en las etapas más inmaduras de su desarrollo. Por ejemplo, ahora mismo, en la esquina de la calle Tronsweels, junto a la panadería de las hermanas Marsons, una madre con un precioso bebe que descansa plácidamente en su carrito ajeno al resto del mundo, espera mientras mira su reloj cada vez con mayor frecuencia. En ese mismo instante, pasa la señora Gendrow, como cada día, en busca de su baguette recien horneada que ya le está esperando, bien empaquetada, en lo alto del mostrador de la panadería. La señora Gendrow, es conocida en el barrio como la señora Engendro, dadas sus peculiaridades físicas. Pues bien, como iba contando, cuando la señora Engen…, perdón, Gendrow se acerca suavemente al bebe, el cual estaba observando en ese preciso momento como una mariposa revoloteaba alrededor de las hermosas petunias que adornaban la acera delante de la panadería. Y al ver có

El vuelo del petirrojo

S us ojos…Aquel era el único pensamiento que me ayudaba a no perder el juicio. Pensar en esos ojos azules, tan profundos y limpios que se podían contemplar, en días claros, sus propios pensamientos de inocencia. Ella estaba tumbada, con aparente placidez, gracias a la gran cantidad de analgésicos que le eran administrados para el dolor, los cuales la dejaban totalmente sedada. Su cuerpecito, de apenas un metro de largo, se había estado apagando irremediablemente como una vela apunto de consumirse y su tiempo se escurría inevitable entre mis pensamientos. El dolor me destrozaba por dentro como si una bestia salvaje me arrancara con sus fauces hasta el último resquicio de mi alma. Una vez más, me decía a mí mismo, sólo quería mirar esos ojos una vez más, pero esta vez ya era demasiado tarde, sus ojos llenos de vida y sueños, de esperanza, esos preciosos ojos añil, habían perdido su brillo transformándose en unos malgastados y opacos trozos de vidrio. En ese momento una agó

D.T.A.

                                                                                                                 11-Junio-2150 Q uerido diario: Te escribo por primera vez, y a pesar de no saber bien cómo funcionan este tipo de cosas, simplemente, y para facilitarme el trabajo, te trataré como un amigo, mi querido Amigo Silencioso. Mi nombre es Carol, tengo 30 años, y tengo la inherente necesidad de contar esta historia…Mi historia. Todo ocurrió el día de mi décimo cumpleaños, mi madre había estado la mañana entera metida en la cocina, dándole forma al mejor pastel de cumpleaños con el que un niño podría soñar. Un delicado y embriagador aroma a vainilla con ligeros matices a azahar despertaron mis sentidos…y con ellos desperté yo.  Por suerte para mí y para los pocos amigos que había invitado, el día no podía ser mejor. Lucía un resplandeciente sol que inundaba mi habitación con su cálido tono anaranjado, una suave brisa jugueteaba con las hojas del milenario roble que se e

Lucía

Día 1: Sigo aquí, mi pequeña Lucía, anclada en tu habitación, en tu recuerdo, en mi pasado. Con las persianas echadas y a ciegas, aún siento tu dulce aroma a vida, tu calor.  Contra mi pecho destrozado por el dolor y remordimientos sujeto fuertemente tu osito preferido y mi rostro, empapado en lágrimas que no dejan de brotar, yace en el gélido y humedecido suelo. Ya nada importa, sólo quiero sentirte, aquí, para siempre. De nuevo se abre la puerta, la luz entra descarada, dolorosa y en un instante inunda tu habitación. Si cierro los ojos aún puedo oír tu balbuceo. – “No puedes seguir así, debes comer algo” Pero una vez más y sin recibir respuesta alguna sus pies vuelven sobre sus pisadas. Por más que respiro no me siento viva, por más que miro no veo, ya mis oídos ensordecen y mi mente busca un refugio donde esconderse de tanto dolor. Día 7: A veces bebo con desgana pequeños sorbos de agua, que me devuelven por unos instantes de nuevo al mundo. Y lo odio, n