Y después de todo aprendí una lección; no esperes que los demás te den, aquello que tú no te sabes dar.

Y ese fue el comienzo de mi historia, de mi vida, contado a través de unos ojos que han visto muchas vidas, mucho dolor pasar, y a partir de aquí, aprendí a vivir, como un bebé aprende a respirar, sin miedo, sin espectativas, sólo haciéndolo, sólo viviendo cada segundo... Viviendo mi libertad.


Inés García Écija

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