La mujer olvidada


 

Era agua...sólo agua que habían envenenado allá a lo lejos, en la ciudad prohibida.
No era translúcida, ni añil. ..Era negra, era pétrea, era agónica. Y fue a ella, y no a otra gota menos gastada, la que eligió, en un acto de desesperación para salvar las almas del bosque.
El día se tiñó gris opaco, y por un momento el bosque quedó en silencio, sumido como en un ritual secreto. Todos los seres que habitaban las profundidades se fueron reuniendo uno tras otro en aquél tronco muerto. Y de aquella gota elegida, de su nauseabundo ser, engendró la tierra a una hija, una hija humana. Pálida perla era su piel, ojos y melena azabaches como los oscuros sentimientos que la obligaron a nacer. Curiosa mira al mundo, sin saber bien lo que hacer, pero su misión, arraigada a su alma, la encadena a un ansiado desenlace en el que hombre y tierra vivan unidos, como almas inseparables nacieron.
Desde entonces...y tras siglos de lucha frustrada, vaga olvidada la mujer fantasma en lo más profundo del bosque.. perturbada por su irreparable fracaso y confinada en él para siempre.

                                                                                                  Inés García Écija

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