Lucía
Día
1:
Sigo
aquí, mi pequeña Lucía, anclada en tu habitación, en tu recuerdo, en mi pasado.
Con las persianas echadas y a ciegas, aún siento tu dulce aroma a vida, tu
calor.
Contra mi pecho destrozado por el dolor y
remordimientos sujeto fuertemente tu osito preferido y mi rostro, empapado en lágrimas
que no dejan de brotar, yace en el gélido y humedecido suelo.
Ya
nada importa, sólo quiero sentirte, aquí, para siempre.
De
nuevo se abre la puerta, la luz entra descarada, dolorosa y en un instante inunda
tu habitación. Si cierro los ojos aún puedo oír tu balbuceo.
– “No
puedes seguir así, debes comer algo”
Pero
una vez más y sin recibir respuesta alguna sus pies vuelven sobre sus pisadas.
Por
más que respiro no me siento viva, por más que miro no veo, ya mis oídos
ensordecen y mi mente busca un refugio donde esconderse de tanto dolor.
Día
7:
A
veces bebo con desgana pequeños sorbos de agua, que me devuelven por unos
instantes de nuevo al mundo. Y lo odio, ni te imaginas mi preciosa princesa lo
que me cuesta hallarte de nuevo.
Ya no
cuento los días, no lo necesito, sé que queda menos.
Cada
vez más sumida en un mundo de sombras, más sumida en un irreversible viaje de
ida hacia el abismo, me sumerjo en mis deteriorados recuerdos, me aferro a lo
que queda de ti en mí, y una vez más de nuevo, te puedo sentir.
Un
canto dulce resuena fuera de la habitación, tan grotesco que hace estremecer al
silencio. Una siniestra carcajada le sigue...
Día
15:
De repente
irrumpen mis sueños. Apenas puedo levantar la cabeza de la alfombra. Me hablan
con dulzura, e intentan incorporarme, yo no entiendo nada. Me resisto, mi
respiración empieza a acelerarse cada vez más y grito.
Unos
brazos agarran fuertemente mis extremidades, consigo soltar una mano, un
segundo antes de que me lleven consigo, alcanzar tu osito de peluche.
Me lo
llevo a la cara en un intento baldío de volver contigo, de nuevo a nuestro
mundo, pero no consigo recordar más que el evocador aroma dulzón de tu tibia
cabecita. Eso me hace estallar en cólera y empiezo a gritar aún más alto hasta
que el dolor es tan fuerte que se torna en confusión, entonces noto una punzada
aguda y siento como me vuelvo a apagar, una sonrisa se dibuja sutil en mi
rostro.
Por fin de nuevo te siento, te tengo, por fin
de nuevo estoy junto a ti.
Día
30:
Todo
sigue como siempre, a oscuras, como debe ser. Tú, mi pequeña, como cada día
sigues a mi lado, echada en tu cunita, descansando, en un sueño sin final. Yo
sigo cuidando de ti, me niego a tomar esas absurdas pastillas que me traen,
sólo quieren alejarme de tu lado, mi pequeña, sólo quieren alejarme de ti.
Día
50:
Mi
querida princesa, por fin ha llegado el gran día en el que no nos volveremos a
separar jamás, Ya ni siquiera siento consuelo al verte en mis recuerdos, tu
aroma se desvanece y con el mi vida.
Mira
cariño, mamá es muy lista, ha ido guardando día a día, cada una de las
pastillas que las enfermeras traían en vano para mitigar mi dolor.
Debe
haber por lo menos 40. No veo el momento de tenerte de nuevo entre mis brazos.
Una dulce melodía susurrante, invade los pasillos de aquel hospital seguido de
un silencio sepulcral.
En la
cama una mujer de avanzada edad yace sin vida aferrada a un osito de peluche
desaliñado, sucio y roído. Su rostro se muestra en paz.
A los
pies de la cama una carpeta con informes médicos iniciaba su evaluación de este
modo:
Hospital Virgen de las
Nieves
Datos del paciente
Nombre: María del Mar.
Apellidos: González Guzmán
Dirección: C/Pleguezuelo
n.1
Fecha de nacimiento: 23 de
Octubre de 1943
Nacionalidad: Española
Estado civil: Viuda
Datos del ingreso
Fecha de ingreso: 10.
Febrero 2014
Nombre de la persona que
realiza el ingreso: Lucía Castro González.
Parentesco con el
paciente: Hija
Anamnesis
Paciente con nula mejoría
evolutiva.
Déficit cognitivo en
ascenso.
Graves perdidas de
conciencia en ocasiones acompañadas con episodios críticos de delirios y
violencia.
Diagnóstico
Demencia senil acompañada de Alzheimer degenerativo
en estado avanzado.
Nota
Se requirió intervención
policial y sedación en su traslado al hospital.
Y en la parte inferior del documento con letra mayúscula
rezaba:
NÚMERO DE VISITAS
SEMANALES
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